La trata de personas es el proceso que implica el ofrecimiento, la captación, el traslado, la recepción o acogida de personas con fines de explotación, ya sea dentro del territorio nacional como desde o hacia otros países.
En Río Negro, en los primeros seis meses del año, se han realizado nueve intervenciones, por disposición de la Justicia Federal, de Viedma, General Roca y San Carlos de Bariloche.
En este marco, se efectuaron intervenciones sociales a más de 550 personas del interior del país y de países vecinos como Paraguay y Bolivia, que se encontraban en diferentes puntos de la provincia realizando trabajo de cosechas de cebollas, manzana y pera. Se trata de personas con vulnerabilidad social, y expuestas a situaciones de riesgo.
Para poder ayudar a las víctimas y prevenir posibles casos, es fundamental la denuncia. Está habilitada la línea 145 que tiende las 24 horas, todo el año, de manera anónima y gratuita. El llamado es atendido por operadores especializados.
En las denuncias se puede mantener el anonimato del denunciante, si así lo manifiesta. A partir de allí se inician las investigaciones que, en muchos casos, culminan en allanamientos y rescates de víctimas.
La trata y el COVID-19
En momentos de crisis como la actual a causa de la pandemia, aumenta la vulnerabilidad de algunos grupos de personas frente a posibles tratantes. La falta de acceso a los servicios básicos, la pérdida de fuentes laborales, la reducción de las jornadas de trabajo, pueden exponer a las personas a las redes de trata o agravar la situación de las personas que ya son víctimas.
Esto puede suceder porque aumentan los desplazamientos internos en búsqueda de acceso a servicios y alimentación, porque las niñas y los niños pueden estar más expuestos si hay interrupciones en los servicios educativos o separación de los cuidadores, lo que los convierte en un blanco fácil para el tráfico, particularmente a través de la falsa promesa de empleo y educación.
En estos momentos, las personas que fueron previamente explotadas sexualmente en lugares físicos o públicos ahora pueden serlo en línea o en hogares privados. De igual forma, pueden estar físicamente confinadas, con menos acceso a la información, el apoyo y los servicios relacionados con la pandemia.
Muchas personas víctimas de la trata sufren graves formas de maltrato, incluida la violación, el trabajo forzoso, la tortura, el hambre, el abuso psicológico y la privación de tratamiento médico, lo que debilita su salud y las hace más vulnerables al contagio del COVID-19.