El proceso de traslado permite continuar con las obras de reacondicionamiento del edificio carcelario que se pusieron en marcha en abril último.
Destacó sobre ésta y otras acciones que “falta muchísimo pero lo que se hizo en el último año y medio de gestión no tienen parangón en la historia del Servicio Penitenciario Provincial”.
Informó el funcionario que el traslado de internos “es un proceso que tenemos que llevar adelante con el tiempo necesario y con mesura; lo que se hace primero es informar a los distintos detenidos y a sus familias que van a ser trasladados, en función de hacer las reparaciones, ya que, de acuerdo a la ley, nosotros tenemos que estar posibilitando siempre la cercanía de los internos con su círculo familiar”.
Agregó que “una vez que esto se pueda cumplimentar, de acuerdo además a las características de quiénes van a ir a Viedma y a Cipolletti, podemos continuar con las obras, y hablamos de continuar porque, como hemos dicho, éstas ya han dado comienzo en abril”.
Al respecto recordó que “los trabajos realizados hasta el momento ya han significado más de 2 millones de pesos de inversión, certificados por la empresa”, subrayando que “esto permitió que los internos tengan electricidad, iluminación y calefacción durante el invierno, ya que de lo contrario hubieran pasado situaciones muy rigurosas porque el sistema estaba muy destruido”.
Aseveró que “se dio prioridad a todo ese tipo de reparaciones que hacen a la calidad de vida de los internos”.
Dijo además que “en el último año y medio, más allá del Penal de General Roca, ha habido transformaciones que son muy importantes en lo cotidiano; si vamos a lo que es la calidad alimentaria, antes había quejas permanentes por la alimentación y ahora hace 9 meses que no tenemos amparos ni demandas en este sentido”.
Ejemplificó que “en el 2010 la dieta de un interno tenía 25 gramos de carne por día y hoy tiene 210 gramos; hay dietas balanceadas, controladas por un nutricionista, y especiales para los inmunodeprimidos”.
Di Giácomo destacó que “ha habido también una mejora sustancial en todos los recursos de limpieza, que antes motivaban una cadena de denuncias, y hemos podido por primera vez incorporar casi un centenar de colchones ignífugos”.
Mencionó especialmente los avances en la educación de los internos, ya que “en la cárcel de General Roca hay más de cien alumnos que están estudiando primaria y secundaria y cinco que están en la universidad, cuando en el 2010 solamente había 15 alumnos en todo el establecimiento; antes había un analfabetismo que superaba el 10 o el 12% y hoy estamos en cero respecto de eso”.
Explicó que “falta muchísimo pero lo que se hizo en el último año y medio de gestión no tienen parangón en la historia del Servicio Penitenciario”, enfatizando que “creo que podemos ir mostrando hechos concretos, no son palabras”.
Dijo también que “en el caso de General Roca hemos incorporado casi 70 penitenciarios, 7 nuevos profesionales y tenemos los gabinetes de técnicos y tratamiento armados”.
Reflexionó finalmente que “tenemos que trabajar de conjunto con la justicia, ni los jueces ni nosotros podemos estar fuera de lo que es la realidad; siempre abogamos por un diálogo donde se puedan hacer mejor las cosas”.